La idea es reproducir una práctica del año 1575 que servía para medir latitudes a partir de un fenómeno astronómico
Estudiantes de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM) de la BUAP participaron este domingo en una actividad científica internacional, coordinada en México por el Instituto de Astronomía de la UNAM, que busca recrear un experimento de medición geográfica propio del año 1575, a partir de la observación del primer eclipse lunar del año.
Desde las 19 horas del domingo, estudiantes de la FCFM, así como capacitadores del programa del “Aula al Universo, un telescopio para cada escuela” y del capítulo de la OSA (Sociedad Americana de Óptica), se instalaron en la parte más alta de uno de los edificios de esta unidad académica para observar el eclipse total de Luna de este año, un fenómeno visible desde América del Norte, América del Sur, oeste de Europa y África.
Recreando el pasado
Previo a la jornada de observación astronómica, con telescopios construidos en el Laboratorio de Óptica de la Universidad, llevaron a cabo de forma paralela un experimento que data del siglo XVI (1575), el cual iniciaron en las primeras horas del día.
Este ejercicio, explicó Roberto Romero Hernández, alumno de noveno semestre de la FCFM, consistió en recrear un experimento que permitirá calcular la latitud de Puebla. Para lograrlo, trazaron dos círculos con circunferencias diferentes en un plano de papel expuesto al exterior y con el apoyo de una varilla registraron los diámetros más grandes y más pequeños de la sombra que se proyectó en la puesta y salida del Sol.
“Esto permitió marcar cómo se está moviendo por la eclíptica nuestro Sol y así conocer dónde se posiciona el norte y el sur. A partir de esa línea también hicimos una perpendicular para establecer el este y oeste”, señaló el estudiante.
Por la noche del domingo, con apoyo de un instrumento rústico construido a partir de una varilla de 30 centímetros, sujeta a una tabla que se colocó viendo hacia el sur sobre los círculos previamente trazados, se marcó la sombra que la Luna proyectó en su trayectoria durante el eclipse, añadió Paola Rodríguez Cortés, estudiante de Física que también participó en este experimento.
Con los diagramas obtenidos, los alumnos realizaron un reporte del experimento para que los datos puedan ser analizados por el Instituto de Astronomía de la UNAM y así determinen la latitud de Puebla.
Este experimento obedece a una tradición impuesta por la Corona Española en el siglo XVI, cuando se difundían instrucciones para facilitar mediciones de eclipses de Sol y de Luna con fines prácticos, ya que con los datos obtenidos se podía calcular la posición geográfica y las latitudes y longitudes de los principales puertos y ciudades de la Nueva España.
Esta práctica perduró durante la Colonia, por lo que al final de ese periodo la información astronómica lograda por la observación de los eclipses de Luna y Sol fue suficiente para que Alexander von Humboldt retomara los datos y creara las cartas geográficas de la Nueva España.
El primer eclipse del año
Respecto al primer eclipse lunar del año, este fenómeno astronómico se caracteriza por la súper luna de sangre, conocida desde la edad media como “Luna de Sangre Lobo” por relacionarse con la luna llena de enero que coincidía con los aullidos de los lobos en las noches de invierno.
Este fenómeno astronómico se produce cuando se alinean la Luna y el Sol, de forma que la atmósfera de la Tierra filtra la luz azul y verde de los rayos solares, pero deja pasar la luz roja, es por eso que la Luna se observa con un brillo rojizo que le llegará procedente de la atmósfera.
En México, la súper luna de sangre se observó el domingo hacia las 17:33 horas, mientras que las 22:13 horas de la noche es el momento de apogeo en el que mejor se observa este eclipse desde la Ciudad de México.