El Pentágono, sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, acaba de crear una herramienta que, mediante un rayo láser, es capaz de identificar a una persona escuchando el latido de su corazón, con una distancia de hasta 200 metros. De acuerdo con sus creadores, el rayo es capaz de identificar a una persona solo con escuchar sus latidos con un 95 % de certeza.
Para entender cómo fue posible crear este aparto hay que recordar que todos los seres humanos tenemos ciertos rasgos únicos: nuestro rostro, iris o huellas dactilares son los ejemplos más conocidos. Pocos saben que la frecuencia cardíaca de cada persona también es irrepetible, pues el corazón de cada ser humano es diferente.
Este rasgo particular tiene varias características que lo hacen especialmente atractivo para las agencias de seguridad. En primer lugar, es algo completamente inalterable , a diferencia de las huellas dactilares, los rostros e incluso la forma de caminar. Además, a diferencia del iris, por ejemplo, se puede percibir y medir a la distancia. Finalmente, disfrazarlo o esconderlo es imposible.
De hecho, esta no es la primera vez que se usan los latidos del corazón para identificar personas. En Canadá, la compañía de seguridad Nymi ofrece a sus clientes una pulsera que permite identificar a las personas por su ritmo cardíaco, y que puede ser usada por empresas en lugar de una identificación por huella dactilar. Dicha tecnología ha sido probada por el banco británico Halifax. El profesor Wenyao Xu, de la Universidad Estatal de Nueva York, en Buffalo, también ha desarrollado un sensor cardíaco remoto, aunque funciona a solo veinte metros de distancia y usa un radar.
Inspirado por esas iniciativas, el Pentágono empezó a idear métodos de identificación de personas que se sirvieran del latido del corazón. Usualmente, para identificar la frecuencia cardíaca se usan láser infrarrojos, que al hacer contacto con el cuerpo de un paciente identifica su pulso, al detectar los cambios en el reflejo de la luz infrarroja causados por los cambios en el flujo sanguíneo.
Jetson, como le puso el Departamento de Defensa al nuevo aparato, utiliza en cambio una técnica llamada vibrometría láser, que se enfoca en los movimientos en superficies y objetos. Con esta técnica, Jetson detecta el movimiento de la superficie causado por el latido del corazón. Así es como el láser puede identificar la frecuencia cardíaca de alguien a través de capas delgadas de ropa, como camisas o una chaqueta ligera.
El proyecto del Pentágono se diferencia de otros aparatos similares en que permite identificar los latidos del corazón de la persona sin estar en contacto con su cuerpo. Además, se agregó un componente mecánico especial que permite mantener oculto el rayo láser, que tiene un diámetro de 24 milímetros.
A pesar de que parece sacada de una película de ciencia ficción, la herramienta tiene varias limitaciones. La primera es que solo logra identificar latidos a 200 metros de distancia, aunque uno de sus creadores, Steward Remaly, le dijo a la MIT Tech Review que está convencido de que es posible expandir ese rango. Otra dificultad es que el rayo no es capaz de identificar los latidos bajo capas gruesas de ropa, como abrigos de invierno. Además, por ahora el rayo se demora unos treinta segundos en identificar los latidos del corazón, por lo que el dispositivo solo es efectivo cuando el sujeto está sentado o parado.