Acompañado del premio Nobel de Química 1995, Mario Molina, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue, afirmó que se compromete el futuro de México si no crece el sector de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Al presidir la ceremonia magna del Año Internacional de la Tabla Periódica de los Elementos Químicos en el auditorio Alfonso Caso, dijo que insistirán en el fortalecimiento de este campo cuando se discuta la ley en la materia.
Reconoció que se requieren ajustes y nuevos dinamismos en el sector, aunque subrayó que la inversión en investigación de frontera, tanto básica como aplicada, no debe disminuir.
En un comunicado de la UNAM, lamentó la sensible disminución que sufrió el presupuesto federal en este rubro, y dijo que se trabajará de la mano con la Academia Mexicana de Ciencias, dirigida por José Luis Morán, para que no vuelva a ocurrir.
En el acto conmemorativo, Graue destacó que la tabla periódica representa “el acopio de conocimientos científicos, su ordenación, las fronteras del saber, así como los nuevos retos y oportunidades”.
La tabla periódica, aseveró, es producto del conocimiento acumulado, de la ciencia en constante evolución, que difunde la vanguardia del saber, y todas ellas son funciones propias a la UNAM, la mejor universidad de Iberoamérica.
Recordó que el avance de las ciencias químicas ha permitido al ser humano alimentarse y tener mejor salud; advertir los riesgos que entraña el desarrollo y la industrialización desenfrenada, así como sus efectos, por ejemplo, en el cambio climático.
Además, de ellas depende el futuro en un mundo sostenible, al encontrar nuevos mecanismos para conservar el agua, desarrollar combustibles y energías limpias, influir en la seguridad alimentaria, así como dispositivos médicos más efectivos y materiales más eficaces.
El rector aplaudió la iniciativa de la Facultad de Química (FQ) y del Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM) para crear la licenciatura en Química e Ingeniería en Materiales, que está en proceso de ser aprobada por los órganos colegiados de la UNAM.
Por su parte, Mario Molina, quien mencionó que una de sus primeras tareas en su época de estudiante fue hacer una tabla periódica, reconoció que la enseñanza de la química ha cambiado enormemente.
Una de las tareas importantes que tenemos en la Universidad es seguir avanzando, asegurarnos de incorporar la ciencia y la educación modernas, basadas en discutir, entender y hacer cosas, expresó el Premio Nobel.
Dimitri Ivánovich Mendeléiev fue el creador de esta tabla que cambió la vida de la humanidad, refirió, por su parte, Jorge Vázquez, director de la Facultad de Química, quien destacó los horizontes de investigación que abrió esta opción didáctica.
Han pasado 150 años y esta herramienta está presente en todos los laboratorios del mundo al resumir en forma gráfica las propiedades y características más relevantes de los elementos químicos, a partir de los cuales se pueden formar un sinnúmero de sustancias que se calculan actualmente en más de 145 millones.
Jorge Peón Peralta, director del Instituto de Química, celebró que la Unesco haya decidido conmemorar este 2019 el Año Internacional de la Tabla Periódica, pues es un reconocimiento a los avances científicos.
En la UNAM, añadió, será la oportunidad para hablar de la química desde el bachillerato hasta el posgrado con diversas actividades para transmitir el conocimiento y la actividad científica.