La creatividad científica no se compra con dinero

[vc_row][vc_column][vc_column_text el_class=»text-justify»]Con una visión estratégica, Emilio Baños Ardavín habló sobre la importancia de impulsar a los sectores fundamentales para el país: “Las ciencia, tecnología e innovación, son factores para detonar el desarrollo y modernidad, pero siempre acompañadas de la creatividad de los científicos mexicanos.

“Y la creatividad hay que impulsarla. La creatividad, no se compra con dinero”, indicó. El dinero es un factor fundamental pero insuficiente. En México, se necesita generar mecanismos con miras más altas para detonar las ciencia, tecnología y creatividad, agregó el Rector de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

Es así como preguntó: ¿Cómo generamos esos ambientes; esos encuentros de los diferentes actores para potenciar la creatividad? En tal sentido, respondió: Es importante despertar vocaciones hacia la investigación y detonarlas, para verdaderamente llegar a transformar de fondo al país.

Durante una entrevista con la Revista Ciencia, resaltó la necesidad de explotar la capacidad de investigación de los científicos mexicanos, para conectarse con las realidades sociales. Recordó que durante sesiones de trabajo con personal de Singularity University (California, USA) se habló sobre la reducción radical de los costos para generar innovación, lo que permite que la tecnología se haya democratizado muchísimo. Así surgió la duda: ¿Qué es lo que está costando más? La respuesta: La creatividad. Y para eso no se requiere los millones de dólares.¿Qué necesitas? Pues los ambientes para que aflore.

“Es importante generar condiciones; generar medios para que los creativos puedan moverse; que sepan vincularse y trabajar con otros; que sepan allegarse de la información global; conectarse con otras instituciones”.

Apuesta decidida
Baños Ardavín reconoció que hoy en México, la investigación es escasa. Al respecto, expresó la necesidad de que se organice, que
esté mejor orquestada; se armonicen las inquietudes de los científicos, otorgarles recursos económicos y una apuesta
decidida hacia las ciencia, tecnología e innovación. Aclaró que el impulso debe ser sin maniatar a los investigadores, pero ser muy claros con los sectores productivos para apuntalar las disciplinas que se manejaran con mayor rigor y profundidad.

Propuso adaptarse a los desarrollos que existen a nivel global para hacer adecuaciones a realidades sociales, llamadas hoy “tropicalizaciones”.

Infraestructura científica
El Rector de la UPAEP es sabedor que para el desarrollo de la investigación se requiere infraestructura. En tal sentido, reconoció el alto costo que representan laboratorios y su equipamiento; centros de ciencia y tecnología e inversión en el recurso humano. Y una vez que se cuenta con los elementos materiales y los resultados de los científicos ¿Cuál es el siguiente paso?

¿Cómo hacemos que una investigación se dedique al sector productivo? preguntó el académico.

La vinculación, es la respuesta.
Expresó la necesidad de aplicar una cultura distinta, con una apuesta generada en confianza, en el sector universitario para tener un circuito virtuoso de cara a potenciar la competitividad del país. Urgió a acelerar la armonización de las vocaciones productivas que hoy no se han visualizado como prioritarias. De ahí, la importancia de impulsar los sectores primarios de ciertas regiones, la agroindustria y forestal, con un horizonte de sustentabilidad, no sólo de mantener o no afectar a los ecosistemas, sino de regenerarlos.

Esta dinámica debe abarcar, desde los sectores básico y sofisticados, hasta el terciario de servicios.

La innovación tiene que enfocarse a armonizar los esfuerzos regionales, aprovechando su potencial y las circunstancias diversas de nuestro país, comentó.

Universidades y Tecnológicos
¿Y dónde quedó la educación superior? ¿Cómo está incidiendo en un escenario nacional tan complicado?
Son cuestionamientos de Emilio Baños. Parte de las respuestas se encuentran en un documento a disposición de todos: Edición y Acción 2030 de ANUIES (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior).

Justamente se hace un diagnóstico desde referentes internacionales y ¿Cuál es el rol de la educación superior en México? ¿A qué está llamada? ¿Cuál sería su aporte? ¿Cuáles son las expectativas para esta nueva dinámica del país?
Hubo una reflexión seria sobre cuál es el rol de las universidades en este cambio de época derivado de tecnologías, disponibilidad del conocimiento, internet, medios digitales; industria 4.0. Pero también las grandes cuestiones sociales; desigualdades y corrupción

Falta una apuesta conjunta
El Rector de la institución reconoció que Puebla es un caso especial por ser el Estado donde, percápita, hay más instituciones de educación superior y eso quizá no diga mucho, pero si se observa el número de laboratorios, investigadores, etcétera, “pues uno se va para atrás”.

¿Cuál es el problema?
Que no nos estamos comunicando.

Reconoció que hace falta una apuesta conjunta de acompañamiento con el gobierno y la iniciativa privada, para generar sinergías necesarias del desarrollo. Falta comunicación de nuestras infraestructuras e investigadores, pues se carece de un programa deliberado de cooperación interinstitucional. Pero, por lo menos estos temas se ha incluido en la discusión. Hay esa perspectiva de retarnos a innovar, a invertir en tecnología; buscar, cómo le sacamos jugo a la ciencia que es algo extraordinario; que es como el corazón de todos los afanes y quereres del ser humano, indicó durante la charla con este medio.

Preguntó: ¿Cómo estar en la permanente búsqueda por la verdad, por el universo, por lo que nos reta? Son temas que debemos atender, no sólo los universitarios, sino la humanidad en total, puntualizó.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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