«Esa Reserva nomás nos vino a chingar».

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César Durán Zepeda
othonsiurob@gmail.com

Este trabajo de investigación giró en torno a la “conservación de la naturaleza”33 como una forma de “acumulación por desposesión” (Harvey 2005) que ha revalorado recursos naturales y producido la fuerza de trabajo necesaria para la producción de bienes y servicios que hacen posible la reproducción ampliada del capital. Analizada con base en la economía política crítica y la antropología, la conservación de la naturaleza la concebí, en este trabajo, como resultado del ciclo histórico de transformación y expansión del capital. En este sentido, tomé como caso de estudio a la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (en adelante, la RBTC) y a la localidad de San Juan Raya: una población de 200 habitantes (aproximadamente), ubicada en el municipio de Zapotitlán Salinas al sureste del estado de Puebla. A partir de la creación de la RBTC, en 1998, se modificó el uso y acceso a los recursos naturales que pasaron del ámbito de la producción al de su conservación; al mismo tiempo, la población de San Juan Raya (así como las demás poblaciones que quedaron dentro de las poligonales del territorio de la RBTC) se vio obligada a realizar labores que respondían a las políticas ambientales neoliberales del Estado mexicano que, a su vez, obedecían a las políticas ambientales internacionales. Así, la RBTC, como depositaria de un capital financiero (exclusivo para la conservación) desató una serie de disputas por la apropiación de los recursos naturales y financieros disponibles de y para la RBTC entre los propios sanjuanenses y entre grupos y poblaciones vecinas. De modo que este trabajo de investigación da cuenta de los problemas y conflictos sociales desatados en San Juan Raya y responde a la pregunta: ¿de qué forma se dirimen los conflictos sociales en San Juan Raya suscitados a raíz de la creación de la RBTC? El documento es resultado de un trabajo de investigación que inicié en el año 2011 y culminé en el 2016 34. La información recabada durante diferentes estancias de campo (abril, junio y octubre de 2011; junio de 2012; marzo y abril de 2013; junio-septiembre 2016) las analicé con base en el enfoque de la economía política antropológica (Wolf 2005; Roseberry 2014). El análisis de la historia, institucionalización y reconfiguración de la política ambiental internacional y nacional enmarcó los procesos históricos que dieron forma a las actividades económicas que hoy realizan los habitantes de San Juan Raya. Al considerar las condiciones sociales de desigualdad económica y política, me fue posible explicar las experiencias de clase de los sujetos (Crehan 2004) y su acceso diferenciado a los recursos (naturales, sociales y financieros). Un aspecto sobresaliente de la investigación fue reconocer (teórica y empíricamente) las interconexiones entre los procesos mundiales y locales, lo cual permitió dar cuenta de cómo los sujetos, de manera constante, moldean, producen, reproducen y transforman su vida: una vida condicionada, históricamente, por el modo de producción capitalista. Por lo tanto, la etnografía histórica (Wolf 2005; Roseberry; 2014) me proporcionó las herramientas necesarias para inscribir (Roseberry, 2014) a la RBTC y a San Juan Raya en la territorialización eco-neoliberal del Estado mexicano como parte de la reconfiguración del capitalismo.

Rememorar el lugar desde mi primera visita en 2011 hasta este último trabajo de campo en 2016 me permitió observar cambios ―desde los más “simples” (como los cambios físicos de las personas) hasta los más “llamativos” (como la culminación del proyecto arquitectónico del museo paleontológico)― que muestran los procesos históricos de dominación que van más allá de San Juan Raya, de la región y del país. Las herramientas teóricas de la economía política y la antropología me permitieron dilucidar esto y más. No es un hecho menor que aquellos y aquellas adolescentes que conocí unos años atrás ahora sean padres de familia, pues ellos como sus hijos están viviendo dentro de un territorio marcado por transformaciones económicas y políticas que los han convertido en “sujetos conservacionistas”.

Territorialización eco-neoliberal y conflicto social en las Reservas de la Biosfera

Este primer apartado remite al marco teórico en el que se encuadra la investigación. En primera instancia, se revisan conceptos como territorio, territorialidad y territorialización con el propósito de definir la noción de territorialización eco-neoliberal, la cual sirve para explicar la conservación de la naturaleza en tiempos del neoliberalismo. El concepto de territorio, durante el siglo XIX, estuvo arraigado a la formación de los Estados nación; después, a partir del siglo XX, es re conceptualizado por diferentes ciencias sociales (economía, sociología, geografía, antropología, psicología social y la ciencia política) y se elaboran otros conceptos vinculados al espacio: región, lugar y paisaje. Así, con esta apertura de la conceptualización del territorio (más allá de los confines del Estado nación) se instaura el concepto de territorialidad como la apropiación simbólico-cultural del territorio 35. Una de las características de la territorialidad es la conflictividad social debido a la contraposición de diversas territorialidades correspondientes a los diferentes grupos de la sociedad (Estados, empresas, indígenas, campesinos, etc.) que se disputan el territorio. Por su parte, el concepto de territorialización remite, no sólo a un proceso histórico de la relación del Estado con su territorio, sino a las estrategias de control del acceso diferenciado a los recursos naturales (Vandergeest y Peluso 1995). Ahora bien, desde mi perspectiva de análisis, la territorialización del Estado se inscribe en procesos de producción capitalista, de tal manera que el territorio se organiza para la producción, circulación y consumo de mercancías (Bustos 2009). Por lo tanto, el Estado representa la voluntad y el poder de una clase que mantiene su hegemonía por medio del espacio (Harvey 2007b; Bustos 2009).

En segunda instancia, se pasa revista a la historia de la conservación desde el primer parque nacional del mundo en el siglo XIX (Yellowstone, Estados Unidos) hasta la actual mercantilización de la conservación de la naturaleza a finales del siglo XX y principios del XXI. Las Reservas de la Biosfera tienen su origen en la década de los setenta del siglo XX como una respuesta al deterioro ambiental y una forma de integrar a las poblaciones locales al desarrollo económico, pues décadas atrás las poblaciones que habitaban una zona declarada como protegida eran desplazadas de su territorio en nombre de la conservación. Esa fue la lógica de los parques nacionales: expulsar poblaciones para conservar y proteger la naturaleza. En cambio, las Reservas de la Biosfera se propusieron como un nuevo modelo de conservación y desarrollo económico: mientras se conservan los recursos naturales es posible explotarlos de manera sustentable. A partir de los años noventa hasta la fecha, la conservación se ha caracterizado por realizarse bajo una lógica de mercado que, a través de la producción de bienes y servicios “amigables con el medio ambiente” o “sustentables”, mercantiliza los recursos naturales, así como su conservación. De esta forma, las áreas protegidas, en general, y las Reservas de la Biosfera, en particular, se han convertido en depositarias de un capital financiero reservado a la conservación que asegura la disponibilidad de recursos naturales estratégicos para la reproducción del capital (agua dulce, biodiversidad, petróleo, gas, minerales, etc.) a través de la reproducción de mercados existentes (minería) o la creación de nuevos mercados (ecoturismo). Dicho todo lo anterior, se define la territorialización eco-neoliberal como las estrategias del Estado para controlar el acceso a los recursos naturales, a través de la demarcación de territorios destinados a la conservación de la naturaleza bajo la lógica del mercado.

Por último, se argumenta que la conservación de la naturaleza, como una forma de “acumulación por desposesión”, ha derivado en conflictos socioambientales que, no obstante, suelen ser son omitidos, ignorados o tergiversados deliberadamente por las autoridades estatales y los diferentes grupos de la sociedad civil. Estos conflictos socioambientales han sido analizados por la ecología política, la sociología ambiental, la geografía social y la antropología 36. Von Bertrab (2010: 57) afirma que los conflictos socioambientales “[…] implican una contraposición o incompatibilidad de posturas, específicamente con relación al acceso, uso y significado de los recursos naturales […]”. En general, se afirma que los conflictos socioambientales representan las tensiones y luchas entre dos formas diferentes de entender y habitar el mundo (Vandergeest y Peluso 1995; Porto-Gonçalvez 2009; Igoe y Brockintong 2007; Azuela y Mussetta 2009; Bustos 2009; Haesbaert 2011; Llanos 2010; Medina et al. 2013; Laurín 2015; Navarro 2015; Rodríguez 2015): por un lado, la lógica de la acumulación por la acumulación misma (representada por los proyectos del Estado y el capital) y, por otro, los sentidos “comunitarios” de las poblaciones locales (representados por grupos de indígenas y campesinos). Sin embargo y de acuerdo con Wolf (2005) pienso que ambas formas de ver el mundo están interconectadas y son resultado de la historia de las relaciones de dominación social inscritas en y por el modo de producción capitalista. Así, los conflictos sociales derivados de la conservación se analizan como resultado de los procesos históricos de despojo y acumulación del capital.

La Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán: Transformaciones en las condiciones de reproducción social en San Juan Raya

En este segundo apartado documento los cambios en las condiciones de reproducción social en San Juan Raya a raíz de la creación de la RBTC. Inicio con un breve recuento histórico de la política ambiental en México para mostrar su anclaje con el ambientalismo internacional y destacar la adopción del modelo de Reserva de la Biosfera en el país. Cabe destacar que México contribuyó a la elaboración del modelo de Reserva de la Biosfera con el modelo de Gonzalo Halffter (1984) conocido como “modalidad mexicana”, cuya característica fue incorporar a las poblaciones locales a las tareas de conservación y mostrar interés por sus problemas sociales y desarrollo económico. En la década de los noventa dicho modelo fue adoptado internacionalmente a partir de la Estrate gia de Sevilla (1995); al mismo tiempo, se daba un fuerte impulso al desarrollo sustentable; por ejemplo, internacionalmente, se creó el Global Environment Facility (GEF), mientras, a nivel nacional, se crearon una serie de instituciones dedicadas a la investigación de la biodiversidad, como el Instituto Nacional de Ecología (INECOL) y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO); la procuración de justicia ambiental por medio de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA); la administración pública de los recursos naturales con la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP); se creó el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN) y se pusieron en marcha “mercados ambientales”. Así, los incentivos económicos provenientes de y para la conservación dieron paso a la apertura neoliberal de la conservación en México.

En este contexto, se creó la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (RBTC) en el año de 1998. Por lo tanto, describo los antecedentes de la región del Valle de Zapotitlán (donde se localiza San Juan Raya) por su relevancia (arqueológica, natural y cultural) en el proceso de creación de la RBTC. Castellón (2000: 32) señaló, en su tesis doctoral, que la ubicación de esta zona arqueológica “en un lugar desértico y de difícil acceso nunca lo han hecho ‘rentable’ para la arqueología oficial”―Castellón realizó visitas de campo durante la década de 1990―. Incluso, sentenciaba que “la orientación monumentalista de la arqueología en México […] con fines y discursos patrimonialistas” evitaba el financiamiento y exploración de este tipo de sitios. Paradójicamente, una década y media después del trabajo del autor, la ubicación y las características biológicas, geológicas y paisajísticas que obstaculizaron la exploración del sitio son las mismas que motivan su estudio en la actualidad. Al mismo tiempo, se realiza su promoción turística con inversión pública y privada como parte de la tendencia mundial de la conservación y espectacularización de la naturaleza (Igoe 2010) que difunde símbolos (selectos) a través de diferentes medios de comunicación que poco dicen sobre los procesos de dominación que han experimentado las poblaciones de estos territorios. Por ejemplo, las salinas de Zapotitlán han pasado a formar parte de uno de los recorridos turísticos ofrecidos por el jardín botánico que, a su vez, funge como órgano de administración turística de la cabecera municipal. A partir de la puesta en marcha de proyectos de tesis ―del área de administración de empresas de distintas universidades― y de proyectos de organizaciones no gubernamentales se ha buscado asignar valor agregado a la práctica “prehispánica” de extracción y elaboración de la sal considerada, por lo mismo, un producto artesanal37. Este producto “artesanal” es un indicio de la terciarización de la economía que propicia la reinvención de una actividad “tradicional” (la producción de sal)38 que no sólo es una fuente de trabajo para algunos zapotitecos, sino un espectáculo de la “naturaleza” y la cultura por el que pagan los turistas.

Para cerrar el capítulo muestro las transformaciones en las condiciones de reproducción social en San Juan Raya, antes y después de la declaración de la RBTC. Una de las preguntas que guían esta parte del capítulo es: ¿de qué forma experimentaron los pobladores de San Juan Raya las nuevas condiciones de acceso y uso de los recursos naturales? Con la declaración de la RBTC los sanjuanenses modificaron sus principales actividades económicas: el corte y procesamiento de izote, la agricultura de temporal y de subsistencia, la cría y pastoreo de ganado caprino, el uso y comercialización de leña. El corte y procesamiento de izote quedó condicionado a un permiso otorgado por algunas dependencias gubernamentales que, dado su costo, todas las familias dejaron de dedicarse a dicha actividad; se prohibió la ampliación de la frontera agrícola; se obligó a disminuir el número de cabe zas de ganado (sobre todo el caprino) y se prohibió la comercialización de leña, restringida, exclusivamente, para uso doméstico. Los sanjuanenses suelen relatar que «cuando entró la Reserva tuvimos que obedecer, si no ¡pos tambo!». Las experiencias, testimonios y opiniones de los sanjuanenses sobre este proceso de cambio son analizados con base en el concepto de cultura como experiencia de clase (Crehan 2004). Así, las condiciones de reproducción social se explican como consecuencia de los procesos históricos de dominación económica y política de clase que han dado forma y transformado la vida de los sanjuanenses. Los múltiples procesos históricos, concentrados y dirigidos por el Estado, han condicionado la diversidad de labores económicas de las diferentes generaciones de San Juan Raya. Como consecuencia, los sanjuanenses han devenido a lo largo del siglo XX en agricultores de temporal, chiveros, izoteros, leñeros, traficantes de fósiles, migrantes y, desde hace dos décadas, en guías de turistas. De manera que las concepciones del mundo y las prácticas sociales que, total o parcialmente, han adoptado las generaciones han dependido de la posición que han ocupado en la estructura económica y política en un momento y lugar determinados en la historia. Es decir, sus concepciones del mundo y prácticas sociales expresan las diferentes maneras en que han experimentado, vivido e imaginado su posición de clase (Crehan 2004).

Vivir dentro de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán

A partir de la declaración de la RBTC, en San Juan Raya se suscitaron múltiples problemas y conflictos sociales por la apropiación de los recursos financieros disponibles en y para la RBTC. Este capítulo ofrece una mirada a “ras de suelo” de la conservación de la naturaleza en San Juan Raya. De acuerdo con Hale (2007:292) debe “ser posible entrar y salir en cualquier lugar de la red de relaciones global-nacional-local y proceder desde ahí. El criterio clave es que el análisis tenga profundidad etnográfica, sin ambicionar un alcance global (con el riesgo concomitante de volverse abstracto y sin fundamento específico), sino una particularidad informada por la teoría”. De este modo se documentan los problemas y conflictos sociales en San Juan Raya suscitados tanto por los cambios en el aprovechamiento de los recursos naturales como por las disputas en la búsqueda y apropiación de los recursos; problemas y conflictos sociales que, en última instancia, son una expresión local de los procesos históricos de despojo y acumulación capitalistas. En este sentido, las disputas “ordinarias” que se documentan se explican por los procesos históricos documentados en los segundo y primer apartados. Este vaivén metodológico no es más que dicha “particularidad informada por la teoría”. El “origen” de los conflictos sociales en San Juan Raya, relacionados con la conservación de la naturaleza, se ubica en la RBTC como depositaria del capital. Como tal, genera disputas al interior de la población y en relación a otros grupos y poblaciones que buscan apropiarse de los recursos disponibles. Bien, pero ¿cuáles fueron esas disputas?

El apartado se divide en dos acápites. En el primero39, se muestran las disputas por la apropiación de los recursos naturales y financieros disponibles en San Juan Raya a raíz de la declaración de la RBTC. Cada sección de este primer acápite da cuenta, particularmente, de las problemáticas suscitadas entre los sanjuanenses a causa de las disposiciones de la RBTC. Por ejemplo: la confusión generada por las autoridades ambientales sobre las condiciones de uso y acceso a los recursos naturales, esto es, qué sí y qué no está permitido hacer; las expectativas generadas por los funcionarios de la Dirección de la RBTC e incumplidas; el aumento de la flora y la fauna que interfiere o complica las actividades agrícolas de los sanjuanenses; la exclusión de unos de los beneficios económicos de la actividad turística y las constantes conflictos de intereses (por ejemplo, son comunes los reclamos de algunos pobladores al dueño de las cabañas “comunitarias”, pues afirman que estas no son “comunitarias”, sino propiedad privada; por lo tanto, exigen que el dueño deje de promocionarse de esa manera). Asimismo, cada sección muestra una constante: la contraposición entre los sanjuanenses y los funcionarios de la Dirección de la RBTC (principalmente).

En el segundo acápite40, se analiza el desarrollo de las actividades “ecoturísticas” en la localidad como resultado inherente del proceso de acumulación por desposesión condensado en la RBTC que ha convertido a los sanjuanenses en “sujetos conservacionistas”, es decir, sujetos despojados de los medios de subsistencia, y transformados en fuerza de trabajo para realizar labores de conservación. A pesar de los reclamos en contra de la RBTC, algunos sanjuanenses suelen afirmar reiteradamente: «ahora sí que, como quien dice, somos una comunidad ecoturística»41. Curiosamente, estas afirmaciones coinciden con los cursos de capacitación turística que un turistólogo impartió a los pobladores entre los años 2009 y 2011 como parte de la Estrategia de Turismo de Naturaleza para la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (una de las estrategias del Proyecto). Estos cursos tuvieron como finalidad capacitar en el manejo de estrategias mercadotécnicas sobre cómo organizar y ofrecer servicios al turismo, esto es, desde cómo identificar (léase inventar) bienes y servicios turísticos, hasta las maneras corporales y orales de dirigirse a los turistas. Es importante problematizar el hecho de que algunos pobladores se identifiquen a sí mismos como servidores turísticos, ya que su interpelación como tales responde a las estrategias del Estado para utilizar su fuerza de trabajo y llevar a cabo labores de conservación. Por otro lado, estas labores de conservación mantienen y reproducen las desigualdades de clase, ya que “toda forma de explotación presupone e implica la exclusión, siendo la principal la enajenación de los medios de producción, y la habilidad de dotar de sentido a la vida a través del fetichismo de la mercancía” (Macip 2009: 13). Cada sujeto y familia ha buscado la forma de reproducir o “inventar” mercancías que, en conjunto, forman parte de los productos y servicios turísticos que ofrece la población de San Juan Raya: artesanías de palma, medicinas tradicionales, cactáceas (cultivadas en viveros), réplicas de fósiles, figuras talladas en madera (dinosaurios, tortugas, águilas, serpientes, aves, etc.), pan, comida y frutos regionales; recorridos turísticos (senderismo), visitas guiadas al museo, cabañas, restaurantes. Además, los paisajes en San Juan Raya han sido escenario para filmar películas, comerciales, reportajes, spots publicitarios, etc. por parte de empresas locales, nacionales e internacionales, así como de eventos que año con año se realizan en la localidad (por ejemplo, competencias de ciclismo de montaña). Algunos comuneros, alegres y ufanos, me decían: «todo lo que hacemos aquí en el pueblo lleva la marca: ¡San Juan Raya!», es decir, “San Juan Raya, S.A.”, en clara alusión a lo que Comoraff y Comaroff (2009) han dado en llamar Etnicidad, S.A., Nacionalidad, S.A. y Religiosidad, S.A. De esta forma, el turismo ha condicionado los horarios, actividades, imaginarios, consumo y actividades de organización social que dan dirección ―y sentido― a la vida de la mayoría de los sanjuanenses. Las iniciativas “de” los sanjuanenses (como un grupo subalterno) reflejan la efectividad del proyecto hegemónico del ambientalismo promovido por la UNESCO, financiado por el GEF, depositado en el FMCN, redirigido a la CONANP y otros agentes sociales42. Así, el capital fluye desde los organismos internacionales, sigue su curso a través de la maquinaria burocrática del Estado, hasta encarnarse en las actividades cotidianas de los pobladores de San Juan Raya quienes, al recibir incentivos en sus variadas formas (capacitaciones, dinero, talleres, etc.), han sido transformados en sujetos aptos para la conservación, pues su fuerza de trabajo es aprovechada para cuidar bienes naturales con un creciente valor en la industria del turismo.

Conclusiones

Durante el desarrollo del documento, se explica el carácter no expropiatorio de la RBTC. Dicha característica evitó el desplazamiento de las poblaciones y el despojo de sus tierras. Además, no modificó el tipo de propiedad territorial. Entonces, ¿por qué hablar de la RBTC como una forma de despojo y acumulación capitalistas, si no desplazó a los sanjuanenses, ni los despojó de sus tierras y recursos naturales? ¿Por qué hablar de acumulación por desposesión, si (hasta el momento) San Juan Raya no ha sido objeto de inversiones directas de capital que los despoje de sus tierras? Uno de los hallazgos de la investigación es que si bien el capital especulativo o buitre no puede apropiarse de manera legal de la tierra (propiedad) de los sanjua nenses, dado que están protegidas por el Estado, lo cierto es que el capital financiero tiene injerencia en la vida de los sanjuanenses, a través de las políticas ambientales del Estado neoliberal mexicano. Así, como dije, con la creación de la RBTC el Estado revaloró los recursos naturales y la fuerza de trabajo de las poblaciones del territorio protegido que, con base en los acuerdos ambientales de corte internacional, han sido objeto de donaciones en pro de la conservación. En otras palabras, la RBTC no desplazó, ni despojo de sus tierras a los sanjuanenses, pero sí los ha colocado en los cauces del capital financiero que, por medio de los incentivos económicos derivados de las políticas ambientales del Estado mexicano, los motiva (obliga) a realizar labores de conservación en torno a una tierra y recursos naturales que no son suyos, sino de la “RBTC”, es decir, del Estado. Por lo tanto, uno de los principales aportes de la investigación fue evidenciar las consecuencias locales de la inversión del capital financiero en la conservación de la naturaleza en la vida de los pobladores de San Juan Raya. De ahí que la “aceptación” y, al mismo tiempo, el “rechazo” de los sanjuanenses del paradigma de la conservación se explique como un ejercicio de coerción y consenso en torno a la RBTC como una estrategia de territorialización eco-neoliberal del Estado.

Asimismo, a lo largo del documento se evidencian los discursos y prácticas contradictorias de los sujetos en torno a la conservación de la naturaleza: por un lado la protegen y por otro la explotan. Algunos funcionarios (comunales, municipales y de la Dirección de la RBTC) decían trabajar en pro de la conservación, pero en sus acciones daban muestra de que su interés primordial era la generación y obtención de recursos (dinero). Al respecto, cabe recordar la construcción de las cabañas “ecoturísticas” en Zapotitlán Salinas, justo en el lugar donde se instaló un set de la película La ley de Herodes: o te chingas o te jodes, a pesar de que en un principio no había sido aprobado puesto que no presentaron los estudios de impacto ambiental. Igualmente, tal comportamiento se replicaba en los pobladores y en los turistas, quienes tampoco estaban interesados (ciento por ciento) en la conservación de la RBTC, sino en la obtención de ingresos ―los primeros― y en experiencias lúdicas ―los segundos―. Con respecto a estos últimos, Macip (2015: 195) señala que son “los sujetos privilegiados del ambientalismo multicultural”, pues son quienes, al fin y al cabo, desean y pagan por disfrutar aquellos productos que les procuran experiencias físicas y sensoriales. En suma, puede decirse que el capital que circula en torno a la RBTC no sólo sujeta a los sanjuanenses, sino también a cada uno de los sujetos de la cadena burocrática: funcionarios de la Dirección de la RBTC, de la COANANP y la SEMARNAT, ya que como estos mismos funcionarios suelen afirmar: “somos gestores y promotores de la conservación”, esto es, empleados de una burocracia nacional e internacional en busca de convocatorias para concursar por un donativo otorgado por las grandes instituciones y corporaciones y, así, recibir un pago (o dado el caso, salario) por su trabajo en pro de la conservación.

Finalmente, ¿de qué forma se dirimen los conflictos sociales en San Juan Raya suscitados a raíz de la creación de la RBTC? Los conflictos sociales por la apropiación de los recursos naturales y financieros disponibles en torno a la RBTC, no se resuelven, ni se disuelven, toda vez que su “origen” forma parte del ciclo histórico de transformación y expansión del capital que, en su fase neoliberal, se inscribe en procesos de acumulación por desposesión que ha encontrado en las Reservas de la Biosfera un “nuevo” espacio de inversión y acumulación.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

33 A lo largo del documento el término “conservación de la naturaleza” refiere al uso hegemónico (por lo tanto, del sentido común) del ambientalismo como ideología política dominante, representada en el paradigma del “desarrollo sustentable”. Sin embargo, el mismo término puede englobar, aunque de manera diferenciada, tanto disciplinas científicas como la biología de la conservación, así como posturas teórico políticas tales como el conservacionismo ecologista, el ambientalismo moderado y/o el ecodesarrollo.
34 La presente investigación dio continuidad (y un giro teórico-metodológico) a mi investigación de licenciatura en antropología social, cuyo enfoque teórico, centrado en diferentes tradiciones del simbolismo en antropología (Geertz, Turner y Sperber), no me permitió comprender las contradicciones tanto teóricas como empíricas que observé durante el trabajo de campo.
35 Si bien, ésta concepción de territorialidad es la más usual, cabe citar la definición clásica de Robert Sack (1983:56) quien concibió la territorialidad como “el intento de un individuo o grupo para afectar, influenciar o controlar objetos, personas y relaciones sociales a través de la delimitación y afirmación del control sobre un área geográfica. Dicha área refiere al territorio”.
36 En general, existe un debate interdisciplinario que alude, en menor o mayor medida a las perspectivas clásicas sobre el conflicto social: consensualistas (Durkheim, Malinowski, Radcliffe-Brown, Weber y Parsons) y conflictivistas (Marx).
37 En general, la técnica de producción de la sal continúa siendo rústica, pero a partir de los años sesenta del siglo XX los materiales utilizados en el proceso de producción cambiaron: los quiotes de maguey para facilitar el transporte del agua de los pozos a los estanques de evaporación, así como las escaleras de piedra caliza que mejoraban dicho transporte fueron sustituidas por bombas de gasolina y mangueras de plástico; el piso de las salinas elaborado con piedra caliza o tepetate ahora es de cemento; las ollas de barro se cambiaron por cubetas de plástico y las escobetas de palma por escobas de plástico común y corriente (Castellón, 2008).
38 Véase Renard y Thomé, (2010), La Ruta de la Sal Prehispánica. Patrimonio alimentario, cultural y turismo rural en Zapotitlán de las Salinas, Puebla, México.
39 Titulado: «Nos hablaron rebonito sobre las plantas y el turismo, pero ¡puro cuento!»: Disputas por la apropiación de recursos naturales y financieros en San Juan Raya.
40Titulado: «Ahora sí, como quien dice, somos una comunidad ecoturística»: La producción de sujetos conservacionistas.
41 Diario de campo, abril de 2013.
42 Por supuesto, estas son sólo algunas de las instituciones que han participado directa e indirectamente en la RBTC. El número de grupos de la sociedad civil (regionales, nacionales e internacionales) e instituciones del Estado que han tenido algún tipo de intervención en la localidad, a corto o largo plazo, es tan amplio que sólo se citan aquellas instituciones de distintos niveles que condicionan, administran y dan dirección a la conservación internacional, nacional, regional y local.

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