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Monserrat Hernández Sánchez
castiel_cristal@hotmail.com
Introducción
En las últimas dos décadas se ha dado un incremento de organizaciones no gubernamentales que se ocupan de defender los derechos de los pueblos indígenas. De la mano de lo anterior, se encuentra también el interés en temas como la conservación del medio ambiente y el cambio climático. Esto ha dado como resultado la creación de movimientos sociales que se promulgan en contra de proyectos de índole extractivo y a la vez plantean soluciones más “amigables” con el ambiente y que respetan las culturas e identidades de los pueblos autóctonos.
En el espacio académico, estudiantil y periodístico, este tipo de movilizaciones han ganado una fuerte popularidad, ya que son consideradas alternativas al modelo capitalista, mismas que son propuestas, supuestamente, desde las mismas localidades “amenazadas” por los “proyectos de muerte”19 . Asimismo, se considera que todos los habitantes de una localidad son atraídos por el discurso que los activistas enuncian, sin tomar en cuenta diversas tensiones y contradicciones dentro de la misma población.
Ante esta situación, existen personas que no encuentran soluciones para cambiar sus condiciones de vida, ya que ni los proyectos extractivistas, ni aquellos que son propuestos por los activistas se las ofrecen. Esto los obliga a tomar el camino de la migración internacional, poniendo en peligro su integridad física y psicológica tanto de ellos como la de sus familias. Estas situaciones son silenciadas e invisivilizadas por la celebración y romantización (Scott 2007) de “lo indígena”, presente en los discursos étnicos-ambientalistas que utilizan los dirigentes y simpatizantes de los movimientos sociales.
Durante la tesis realizada dentro del programa de Maestría en Antropología Sociocultural del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la BUAP, entre los años 2013-2016, cuestioné y critiqué estas movilizaciones a través del estudio de caso del municipio de Tetela de Ocampo. El objetivo principal de este artículo es presentar los hallazgos de dicha investigación.
El texto estará dividido en tres apartados, el primero hará referencia a los cambios en las demandas de los movimientos sociales de hoy en día y cómo esto se traduce en las exigencias de asociaciones civiles como la de “Tetela hacia el Futuro”. El segundo apartado estará enfocado en las propuestas alternativas, principalmente en el ecoturismo. Al mismo tiempo, presentará el proceso que el actual ayuntamiento de Tetela llevó a cabo para obtener el título de “Pueblo Mágico”. Por último, presentaré a aquellos grupos que están a favor de la minería y los que están desinteresados en ambos proyectos y por lo tanto son excluidos.
“Sí a la vida, no a la mina”: en busca del reconocimiento cultural
Una de las cuestiones que más llama la atención en el tema de los movimientos sociales son las exigencias que éstos plantean. A partir de algunos estudios históricos (Tilly y Good 2010; Álvarez 1998; Laclau y Mouffe 1987) se puede llegar a la conclusión de que existe un cambio en las demandas y propuestas de los activistas sociales. Esto llevó a categorizar a las movilizaciones como “nuevas” o “viejas”. De acuerdo a la idea que se tenía de los viejos movimientos sociales llevados a cabo hasta 1939, estos tienen un símbolo de promesas relacionadas con el proletariado europeo y norteamericano y se empieza a dar luces de una conciencia de clase. Sin embargo, Ernesto Laclau y Chantal Mouffe (1987) afirman que estos movimientos entraron en una crisis puesto que estaban fundados “en la centralidad ontológica de la clase obrera, en la afirmación de la Revolución como momento fundacional en el tránsito de un tipo de sociedad a otra, y en la ilusión de la posibilidad de una voluntad colectiva perfectamente una y homogénea que tornaría inútil el momento de la política” (Laclau y Mouffe 1987:2).
A partir de la década de los setenta las nuevas movilizaciones no estuvieron conformadas solamente por la clase trabajadora, sino que cobijaron otros sectores de la población que años antes no podían concebirse como participes de un movimiento social. Estos movimientos empezaron a utilizar “la “identidad” como la clave principal de sus demandas, dejando de lado los objetivos instrumentales que habían caracterizado a los movimientos sociales del pasado (Cohen 1985). Se exige una nueva crítica a la desigualdad política, desplazando a la desigualdad económica, lo cual pondrá a la luz otras formas de subordinación y la búsqueda de reivindicación de nuevos derechos lo que permite ventilar la manera en cómo se han abierto nuevos campos de negociación que se basan en los discursos acerca del género, la etnicidad y la raza (Laclau y Mouffe 1987).
Sin embargo, a pesar de que estos nuevos movimientos sociales y sus nuevos antagonismos sean expresiones en contra de los procesos de mercantilización y la homogeneización de la sociedad lo que en realidad buscan es valorar las diferencias culturales lo que conlleva que los sujetos se interpelen como iguales al acceso y consumo de bienes, se rechazan las desigualdades reales que subsisten y es por esta razón que sus luchas no son manifestadas de manera colectiva sino más bien con rasgos particulares bien definidos que llevan a pensar en un individualismo que crece y se afirma (Laclau y Mouffe 1987:184-186).
En México estos cambios en las demandas de los movimientos sociales se vieron reflejados a través de la Revolución Mexicana, el movimiento del 68 y el levantamiento zapatista, siendo éste último el parteaguas de muchas movilizaciones en “pro” de los derechos indígenas.
Este cambio en las demandas también modificó la manera en cómo son estudiadas y entendidas estas movilizaciones. Dentro de la teoría vigente (Zibechi 2008; Tapia 2009 y 2011; Gutiérrez 2001) está el aspecto de exacerbar la supuesta homogeneidad de los movimientos y celebrar la organización y movilización de los grupos indígenas que salvaguardan los recursos naturales de los intereses de la de empresas transnacionales y del Estado. Teóricos se vuelven activistas y activistas se vuelven teóricos, lo cual genera un intercambio de conceptos que no son sometidos a un análisis sobre el contexto de cada una de las situaciones.
Existen tres cuestiones que fundamentan mi crítica a esta celebración de los movimientos sociales indígenas. El primero, la celebración que los académicos-estudiantes-activistas hacen de la cuestión de los indígenas y su supuesta relación “sagrada y armoniosa” que éstos establecen con la naturaleza y entre ellos mismos, no es más que una expresión de un racismo invertido (Žižek 2008). Esto es porque el académico-estudiante-activista al hablar de “respetar”, “defender” y alabar la identidad del Otro sigue manteniendo una distancia que se “asienta sobre el privilegio de su posición universal” (Žižek 2008: 56), además de seguir otorgando características, si bien no físicas pero si culturales, a las personas sólo por el hecho de considerarlos pertenecientes a un grupo étnico.
Segundo, la supuesta autonomía de los movimientos a la que aluden estos teóricos está plagada de propuestas hacia un cambio social que en la realidad son propuestas discursivas y de acción que se mueven dentro de los mismos términos generados por el bloque dominante y que favorecen en gran cantidad a los intereses del capital. Existe lo que William Rosberry (2002) llamó “un lenguaje contencioso” alimentado por alternativas que son controladas, transformadas e incorporadas a la hegemonía (Williams 1988).
Tercero, se da por sentado la homogeneidad de las sociedades en donde se está por instalar o ya se instaló un proyecto transnacional, se ignoran las contradicciones y conflictos de intereses de los diferentes sujetos involucrados en el problema.
El caso de Tetela de Ocampo está enmarcado en esta transición de demandas en los movimientos sociales. Tetela de Ocampo, es uno de los 217 municipios del estado de Puebla, se encuentra ubicado en la Sierra Norte del mismo. Entre sus principales actividades económicas se encuentra el comercio y la agricultura, sin embargo, debido a un incremento en el desempleo muchos de los habitantes se han visto en la necesidad de migrar a los Estados Unidos. Es importante señalar que en décadas pasadas una de las fuentes de empleo era la minería, debido a este antecedente a partir del año 2012 la Minera Espejeras, S.A de C.V filial de la empresa FRISCO, busca la realización de un proyecto de exploración de metales preciosos. Ante este panorama, ese mismo año surgió, la asociación Tetela Hacia el Futuro A.C., la cual se opone a dicho proyecto.
La asociación ha consolidado un discurso (Laclau 2013) que sirve como esencialismo estratégico, que utiliza lo indígena, la esencialización de los géneros y el ambientalismo para evitar la instalación de la mina. Este esencialismo estratégico se conforma por medio de repertorios de acción como los mítines, marchas, pinta de bardas, juntas informativas, presencia en encuentros contra proyectos de índole extractivo, producción de videos, carteles y exposiciones fotográficas. Sin embargo, esta movilización no interpela de la misma manera a los pobladores de Tetela, existen intereses particulares y contradicciones en el discurso que complejizan el “campo social” (Roseberry 2002) de Tetela de Ocampo.
Durante el trabajo de campo realicé entrevistas a diferentes sectores de la población, algunos referían estar en contra del proyecto minero, como es el caso de Ramiro:20 “No estoy de acuerdo, dado a que la apertura de la mina contraerá (sic) a un desequilibrio ecológico y social. Tal vez puede tener beneficio sólo con empleo a la gente pero una repercusión al medio ambiente. Pero no asisto a ninguna de las actividades porque ya son una organización constituida y no he puesto mucho de mi parte.”21
Por otro lado hay universitarios que están en favor de la llegada de la minería: “Sí claro, estoy a favor de la minería porque todas las personas buscan un mejor empleo y sabiendo que la empresa minera es responsable sabrá cuidar el ambiente y seguir las medidas que el municipio diga. […] El beneficio en mayoría sería económico. […] ¿A quién no le gustaría ir a ver una empresa minera activa?” 22
Siguiendo con el argumento anterior pude apreciar cierto desinterés por parte de la población en cuanto a las acciones promovidas por la asociación THF, por ejemplo el 15 de noviembre de 2014 se realizó la marcha “En defensa de la vida”. En esta movilización hubo aproximadamente 200 personas, quienes fueron disminuyendo durante el recorrido. Refiero a un desinterés puesto que la señora Leticia Zamitiz (simpatizante de THF) mencionó que en las pasadas marchas y sobre todo la de 2012 hubo una congregación de aproximadamente 5000 personas.23
Una de las razones que enuncian estos activistas, es que no se trata de desinterés sino de miedo a las represalias que el Estado, en ese momento encarnado en la figura de Rafael Moreno Valle. Esto se puede relacionar con una de las caras de la duplicidad del Estado (Nelson, 2004). Esta cara de la moneda es vista por los simpatizantes como un lado coercitivo del Estado, en la que el temor y la sospecha están siempre presentes. La otra cara, la del consenso, es caracterizada por lo intentos de parte del ayuntamiento actual por obtener los beneficios y reconocimientos del programa federal “Pueblos Mágicos”.
Construyendo la magia de un pueblo: Tetela hacia la terciarización
El programa “Pueblos Mágicos”, puede ser enmarcado dentro de cambios estructurales en la industria turística y la institucionalización de la ideología ambientalista, ambas asociadas a la idea de “desarrollo sustentable”. Estos procesos comparten similitudes que trataré a continuación.
Morales hace mención de cuatro etapas en la noción de desarrollo24, siendo la cuarta aquella que inicia a mediados de los años noventa y que continuó a principios del siglo XXI. En ella, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial (BM) empezaron a desarrollar programas de inversión social que estaban dirigidos a los países más golpeados por los reajustes económicos y que se encontraban endeudados. Estos nuevos programas estaban construidos a partir de un lenguaje de asociación, género, “empoderamiento” y participación (Morales 2009: 39-41). Dentro de esta última etapa es donde podemos contextualizar a lo que hoy se conoce como desarrollo sustentable. En esta misma época es que el ambientalismo se institucionaliza, esto a partir de que tuvieron lugar los primeros reconocimientos de la crisis ambiental y de sus alcances globales (Eder 1996). Es en este contexto donde se puede ubicar a lo que se ha dado por llamar turismo alternativo o sustentable y sus variantes como turismo indígena (Pereiro, 2015), turismo étnico, ecoturismo, turismo ecocultural (Thomson-Carr 2013), entre otros.
En el informe “Nuestro Futuro” de 1987, se señala que tanto el desarrollo como el turismo pueden satisfacerse sin la necesidad de la degradación social y ambiental a través de la racionalización de los recursos humanos y naturales. Es así que se da paso al turismo alternativo el cual está cobrando mayor importancia en los últimos años. Éste consiste en organizar viajes a lugares que no son del todo conocidos y que se moldean a necesidades y tiempos específicos. Se practica a una escala menor y es organizado por las mismas localidades receptoras lo cual propicia que no se dañe el entorno y la cultura local (Morales 2009).
Ahora bien, en el contexto nacional en el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000) se dieron los primeros esbozos del turismo alternativo y sustentable. Sin embargo, fue durante el mandato de Vicente Fox (2000-2006) en el que se trató de diversificar el turismo aprovechando los recursos naturales y culturales del país. En 2001 el programa “Pueblos Mágicos” fue desarrollado por la Secretaria de Turismo (SECTUR), en conjunto con otras instancias gubernamentales. Este programa reconoce el trabajo que han desarrollado lo habitantes de estos lugares para proteger y guardar su riqueza cultural. Según el decreto oficial el Programa “Pueblos Mágicos” contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros 25.
En el caso de Tetela de Ocampo, desde el año 2012, hasta la fecha, el ayuntamiento local realiza la gestión para que el municipio obtenga el título de “Pueblo Mágico” 26 y con ello integrarse al modelo ecoturístico implementado por municipios vecinos como lo son Chignahuapan y Zacatlán y al mismo tiempo generar empleos para los habitantes y una importante derrama económica para los comerciantes del municipio. La secretaria de Turismo menciona que:
“Hacernos “Pueblo Mágico” para ayudar a Tetela más que nada […] el turismo lo veamos como una forma de empleo, que se generen empleos aquí en Tetela. […]Entonces tenemos la posibilidad de hacernos pueblo mágico, entonces aparte de tener un recurso para el municipio podemos también tener un recurso para formar nuevas empresas. Esas nuevas empresas generarían empleo, empleo para los jóvenes. Un restaurante, si se abre necesita jóvenes para la limpieza, para cocinar, meserear, para muchas cosas”.
Para lograr este objetivo, la secretaría de turismo del municipio se ha dado a la tarea de formar un expediente que contenga los puntos necesarios 27 para competir. Estos puntos tienen el objetivo de presentar los atractivos turísticos materiales e inmateriales del lugar, los cuales son considerados “magia” exclusiva del municipio.
La construcción del expediente o de la “magia” de Tetela se puede considerar como una tradición selectiva (Williams 1988:137-138), puesto que se seleccionan y rechazan elementos específicos del pasado configurativo del municipio y a la vez de un presente configurado, dando como resultado un elemento poderoso dentro del proceso de definición e identificación social y cultural. Un ejemplo de lo que se menciona es el siguiente: la reconstrucción de este pasado glorioso se hace a partir una nueva interpretación de los acontecimientos sucedidos en la Batalla de Puebla, que tuvo lugar el 5 de mayo de 1862. Se señala que debido a una confusión se le atribuye al batallón de Zacapoaxtla el mérito de haber sido el que enfrentara y derrotara a las tropas francesas. Sin embargo, fuentes diversas demuestran que “los zacapoaxtlas” colaboraron con los invasores extranjeros y quienes en realidad “defendieron la patria” fue el Sexto Batallón de Guardia Nacional del estado de Puebla, conformado mayoritariamente por tetelences (Aguilar 2012). A partir de entonces las administraciones municipales han realizado una serie de actividades que enaltecen el pasado glorioso de los habitantes de Tetela, reconstruyendo, mas no inventando, una historia que se ve materializada en diferentes obras 28.
Aunado a esto, la “construcción de la magia” está relacionada con la promoción de la feria anual conocida como la “Feria del Durazno” que se lleva a cabo en el mes de agosto de cada año. El actual ayuntamiento se enfoca principalmente a promocionar los “rasgos culturales” de Tetela, esto se hace por medio del certamen que se realiza para escoger a la señorita que fungirá como “Reina del durazno” 29.
A pesar de toda la propaganda que se hace de Tetela de Ocampo, personas que no pertenecen a la asociación, ni son trabajadores del ayuntamiento aseguran que el hecho de que Tetela se vuela “Pueblo Mágico” no logrará resolver los problemas de desempleo, incluso la consecuencia más próxima sería el alza de precios en los productos de consumo básico. Existe una diversidad de opiniones que no concuerdan con lo expresado por las autoridades municipales, estatales y también federales.
Este intento de terciarización que se pretende hacer del municipio, se puede explicar a partir de desplazamientos en el terreno productivo, ideológico y cultural (Macip 2015). En el terreno productivo se cambian las actividades con base en la agricultura y la industria hacia aquellas actividades prestadoras de servicios. Para ello se requirió de reformas estructurales globales y nacionales que dejaron sin empleo a una gran cantidad de personas, mismas que pasaron por un proceso de hegemonía selectiva (Smith 2011: 4) para ser redefinida. Así los sujetos llegarían a ser “grupos específicos [acordes a] funcionamiento[s] selectivo[s] mediante políticas de diferenciación [que] garantiza [ban] en general su reproducción como superpoblación y al mismo tiempo la movilización del capital” (López 2015: 50). En el caso mexicano este proceso de hegemonía selectiva se vio reflejado con la reforma al artículo 27 constitucional en 1992 y más adelante en 2001 con la reforma al artículo 2°. Con estos cambios jurídicos se empiezan a desarrollar programas como el “Pueblo Mágico” (2001) para fomentar el turismo sustentable en zonas que cumplan las características específicas.
El terreno ideológico-cultural, es aquel que tiene que ver con la sociedad civil y el liderazgo que ejercen a través de las organizaciones sociales. Ricardo Macip refiere que el monopolio del Partido Revolucionario Institucional (PRI) -que gobernó por casi 70 años el país- tenía un fuerte involucramiento en la participación social en la vida cotidiana a partir de relaciones clientelares a nivel federal, estatal, distrital y municipal a través de sus organizaciones. En el caso del sector primario, se tenía las confederaciones campesinas. Estas relaciones, menciona el autor, serían sustituidas paulatinamente por otra forma de organización que tenía su base en el social-civilismo norteamericano y que servía como modelo para los países en proceso de transición a la democracia.
Continuando con este argumento se menciona también que el modelo ideológico de los tres sectores fue importado. “El primer sector es el de los intereses empresariales en pos de ganancias y lucro; el segundo sector de los distintos niveles de gobierno con fines regulatorios y redistributivos. El tercer sector modera los excesos a que ambos son prontos en el capitalismo y socialismo de manera correspondiente, dando formas a las iniciativas de acción por parte de la sociedad civil en una narrativa de alternativa” (Macip 2015: 181). El paso a lo “Alternativo” y sin crítica es parte de un cambio cultural posmoderno que despolitiza la organización social. Con esto se “condensan […] la formación de un sujeto colectivo interpelado por una ideología de ambientalismo multicultural” (Macip 2015: 184). Pero son los turistas, antes que la sociedad civil organizada, los sujetos dotados de privilegio de esta ideología.
En este contexto la sociedad postmoderna ya no conoce ningún desarrollo histórico, sino tan sólo la arbitrariedad de tendencias llenas de contradicciones y de incertidumbre como es la terciarización y que a nivel académico es poco cuestionada. Kurtz menciona que:
“El problema se complica por el hecho de que el sector terciario, diferente del sector agrario o industrial, no se puede definir en absoluto de una manera homogénea. Se definen con el nombre de “servicio” actividades extremadamente distintas y bien distantes unas de otras. A pesar de esto se pueden distinguir dos grandes grupos. Por un lado hay un área altamente cualificada como medicina, formación, pedagogía, ciencia, cultura, etc. y por otro tenemos el ámbito particularmente no cualificado de trabajos domésticos, ayudas baratas en empresas de servicios, […]” (Kurtz 2003: 1). Lo que ocurre en Tetela tiene similitud con lo anterior, con una marcada condición de clase, mientras que un grupo de dueños de hoteles y pequeños comercios se encuentran interesados en la terciarización del municipio por el beneficio económico disfrazado de la ideología ambientalista multicultural. Otros están en una incertidumbre en cuanto al papel que desarrollarían en este proceso, de tal manera que muchos de ellos se oponen al proyecto ecoturístico o están desinteresados totalmente.
Los excluidos de la magia y el oro
Según reportes del INEGI 30, Puebla tiene casi nula presencia como un estado minero, por lo tanto es interesante reflexionar acerca del porqué existen organizaciones sociales que se oponen a proyectos de esta índole. A su vez, los representantes de la minera se apropian de un discurso científico, de sustentabilidad ambiental y responsabilidad social para obtener simpatía por parte de los pobladores, mismo que muchas veces deja sin argumentos a sus críticos.
En la situación que se presenta en Tetela de Ocampo, la Minera Espejeras ha coaptado y manipulado mucho más el discurso ambientalista. Este tipo de acciones son para Stuart Kirsch ejemplos de un oxímoron corporativo “en el cual una práctica o mercancía nociva es camuflada por un término positivo” (Kirsch 2014: 167). Por otro lado, se han utilizado elementos para atraer la atención de aquellas personas que no tienen un empleo formal. Este tipo de inversiones son ejemplos de una “cultura de la auditoría”, la cual “refuerza las premisas del neoliberalismo: esto es, que el mercado es el medio más eficiente para resolver los problemas y sustituir a la regulación [estatal]” (Kirsch 2014:170).
Para Kirsch la coaptación del discurso maleable del ambientalismo y de la sustentabilidad ha moldeado las respuestas de los trabajadores a favor de los proyectos que se postulan. Partiendo de la idea de Thomas Beamish (2002), Kirsch apunta que existen actitudes contradictorias de los trabajadores. Éstos argumentan que no es su responsabilidad, la cual dejan en manos de aquellos que se encuentran en una escala mayor en la jerarquía laboral. Sin embargo, considero que no se trata solamente de deslindarse de responsabilidades o defender la actividad minera, los trabajadores conocen los peligros y los daños, pero la necesidad económica los lleva moldear sus argumentos a favor de la minería. Caso ejemplar es el de Bernardo:
“Yo sé, que la verdad, la esta cosa de que la minera puede, es mala para nosotros, para nuestros hijos y también para los bosques y los animales. Pero ¿qué le vamos a hacer?, aquí en el pueblo es bien difícil conseguir “chamba” y pus si vienen y la ofrecen no podemos decir que no. Esos que luego vienen en las marchas, yo no digo que no lo hagan, ni que estén mal, pero la gente que se molesta se debería de preocupar por dar trabajo”31.
Otro de los sectores que considero como los excluidos de la magia y el oro son aquellos que viven su vida cotidiana fuera del conflicto pero que no por ello dejan de externar su preocupación por intentar mejorar su condición de vida, misma que no se puede lograr mediante las opciones que se les ofrecen. Durante las estancias en campo conviví con algunos de ellos, incluso se volvieron amigos míos debido a un gusto compartido: el básquetbol, este deporte se ha vuelto una válvula de escape de estas personas. Por un lado tienen una entrada económica, ya que participan en diferentes torneos de otras localidades y el dinero que ganan es repartido 32. Por otro, es una actividad que los distrae de sus tensiones cotidianas.
La actividad de este deporte es muy popular en el municipio, hay torneos anuales la liga municipal que se juega cada domingo y la “retas” que se realizan diariamente en la cancha municipal. Fue en este contexto que conocí a “Oso” y “Crext”, estas personas no desconocen el conflicto que ha ocasionado la posible instalación de una minera en el municipio, también saben sobre las promesas de empleo que propone la empresa Espejeras y los gestores del ecoturismo. Sin embargo, no son interpelados por estos discursos, ninguno participa en las actividades en contra de la minería y muestran una opinión escéptica en torno a los discursos de desarrollo que traería consigo la minería o el turismo. Sin embargo, siempre externalizaron su preocupación por no obtener un empleo formal que les permita sobrellevar los gastos de la vida diaria y por lo tanto no descartan la opción de migrar hacia los Estados Unidos. Los casos como los de Bernardo, “Oso” y “Crext” demuestran que las contradicciones que se generan en una población son siempre latentes y más si se trata de ver por los intereses propios.
Conclusión
Al igual que el proyecto ecoturístico, el proyecto minero no tiene la capacidad de generar una cantidad de empleos suficientes para solventar la necesidad económica que muchos tetelences viven a diario. Asimismo, ninguno de los proyectos integrales interpela a estos sujetos y al mismo tiempo los excluye de los planes establecidos por los gestores del “Pueblo Mágico” y los representantes de la Minera Espejeras, generando una situación de incertidumbre que muchas veces se traduce en la migración hacia Estados Unidos.
Ante este panorama ¿Cómo se explica que un gran número de personas no sean interpeladas por los discursos de los simpatizantes de la asociación, los gestores del ecoturismo y los representantes de la minería? Si es verdad que ambos proyectos hablan de un bien común ¿por qué unos no encuentran la certidumbre para la mejora de sus condiciones de vida? La respuesta a estas preguntas se encuentra en lo que Chantal Mouffe (2007) llama la negación de un antagonismo político, enmarcado en la idea del pensamiento liberal de que existe una sociedad armónica. La autora sigue a Carl Schmitt y demuestra “que todo consenso se basa en actos de exclusión, nos demuestra la imposibilidad de un consenso “racional totalmente inclusivo”. Para que exista un “nosotros” debe forzosamente existir como opuesto un “ellos” (Mouffe 2007: 18).
Slavoj Žižek, está de acuerdo con Mouffe sobre la imposibilidad de un consenso total, sin embargo él cambia el término y lo llama un “antagonismo de clase” (2013). De esta manera sale a la luz “eso” que se esconde detrás de la negación y que es el privilegio a una clase. El filósofo esloveno señala que “como diría Lacan, el antagonismo de clase hace de tal representación completa algo materialmente imposible: antagonismo de clase significa que no hay un “Todo” neutral de una sociedad, cada “Todo” privilegia secretamente a cierta clase” (Žižek 2013: 37).
El privilegio a cierta clase es claro en los discursos de los dos proyectos que analicé en el caso de Tetela de Ocampo. En el caso minero es más que obvio este privilegio, pero el que tiene la asociación Tetela Hacia el Futuro hacia los capitalistas locales es mucho más perverso y se oculta tras la enorme cantidad de artículos periodísticos que celebran las acciones que llevan a cabo, aunado a esto se encuentra el apoyo de grupos estudiantiles y de investigadores de la universidad del estado, mismos que no se dan a la tarea de sumergirse a la compleja realidad que genera este conflicto y se sienten satisfechos al volverse portavoces de un grupo que supuestamente aboga por todos.
Alpa Shah manifiesta que los investigadores deben de ser cuidadosos ya que existen dimensiones de clase dentro de los movimientos indígenas y ambientalistas y éstas se pierden en las políticas identitarias que producen (Shah 2010: 184). El lado oscuro de la indigeneidad (Shah 2010: 12) sugiere que el uso que hacen los activistas locales de los discursos globales acerca de la cuestión indígena puede reforzar un sistema de clases que marginaliza mucho más a las personas que se quiere y se dice defender.
La historia se sigue escribiendo en Tetela de Ocampo, los discursos de los proyectos aquí presentados siguen aludiendo a un bien común pero al mismo tiempo segregan a una parte de la población y privilegian a otra. Decidir cuál es el “mal menor” no fue el objetivo de este trabajo. Sin embargo, el mostrar la existencia de estos antagonismos de clase abre la puerta al cuestionamiento sobre la idea romántica de la unidad de los pueblos, lo cual permite poner atención en aquellos sujetos que intentan mitigar las preocupaciones que día a día los aquejan.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]
18 Este trabajo está basado en mi tesis de maestría “Ni oro, ni magia”: Posiciones frente al proyecto minero y ecoturístico en Tetela de Ocampo, Puebla. BUAP, 2016. Y en la ponencia “Los excluidos de la magia y el oro: entre la doble negación del proyecto ecoturístico y el extractivismo”, presentada en el IV Congreso Mexicano de Antropología y Etnología. Llevado a cabo en la ciudad de Querétaro durante el 11 al 14 de octubre del 2016.
19 Desconozco el origen del término, pero éste es utilizado constantemente durante mítines, documentales, notas periodísticas, etcétera.
2o Los nombre de los testimonios fueron cambiados, los mismos estudiantes pidieron guardar su anonimato.
21 Entrevista a Ramiro, estudiante de ingeniería agroforestal de la BUAP 05/09/2014
22 Entrevista a Germán, estudiante de Psicología de la UNIDES 19/10/2014
23 Plática con la Sra. Leticia Zamitiz 17 de noviembre del 2014.
24 Las tres primeras etapas pueden ser consultadas en Morales Gómez, Mario 2009 Turismo y tenencia de la tierra en la costa de Oaxaca: Los casos de Mazunte y San Agustinillo. Tesis inédita de licenciatura. Departamento
de Antropología, Fundació Universidad de las Américas-Puebla (UDLAP), Cholula, Puebla, México.
25 http://transparencia.info.jalisco.gob.mx/sites/default/files/Reglas%20de%20Operaci%C3%B3n%20Programa%20Pueblos%20M%C3%A1gicos.pdf
26 El 25 de septiembre de 2015 en el marco del Día Mundial del Turismo, el entonces titular de la Secretaría deTurismo, Enrique de la Madrid Cordero dio a conocer 28 nuevos nombramientos de Pueblos Mágicos, las localidades
se seleccionaron entre 180 solicitudes. Tetela de Ocampo no obtuvo dicho nombramiento, en su lugar fueron reconocidos los municipios de Huauchinango y Atlixco. Debido a ello, el ayuntamiento se encuentra nuevamente en trabajos de gestión.
27 Expediente en cual debe de estar conformado por los siguientes puntos: 1) Involucramiento de la sociedad y la autoridades locales, 2) Instrumentos de planeación y regulación, 3) Impulso al desarrollo municipal, 4) Oferta
de atractivos y servicios, 5) Valor singular “la magia de la localidad”, 6) condiciones y espacios territoriales, 7) Impacto del turismo en la localidad y área de influencia, 8) Desarrollo de capacidades locales.
28 Por ejemplo, la construcción del museo “Los Tres Juanes” líderes liberales en la Sierra Norte del Estado. También se encuentra el mural “Fecha inmortal” ubicado en el palacio municipal y la actual construcción del hemiciclo a los participantes del 6° batallón en el zócalo de la cabecera municipal.
29 Para más detalle sobre la feria y el certamen, revisar el capítulo II DE LA TESIS.
30 “La minería en México 2014” informe anual del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
31 Entrevista realizada en La Cañada el 3 de septiembre de 2014.
32 De manera regular se les conoce a estos torneos como “merces”, haciendo alusión a la palabra “mercenario”, a los jugadores se les considera como tal.
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